From mboxrd@z Thu Jan 1 00:00:00 1970 Return-Path: Received: (qmail 32661 invoked by alias); 7 Apr 2003 14:19:19 -0000 Mailing-List: contact rhdb-help@sources.redhat.com; run by ezmlm Precedence: bulk List-Subscribe: List-Post: List-Help: , Sender: rhdb-owner@sources.redhat.com Received: (qmail 31955 invoked from network); 7 Apr 2003 14:18:44 -0000 Received: from unknown (HELO .) (24.232.140.124) by sources.redhat.com with SMTP; 7 Apr 2003 14:18:44 -0000 x-esmtp: 0 0 1 Message-ID: <29335-2200341764510130@ururu> From: "Campardo" To: rhdb@sources.redhat.com Subject: Fasano le responde al embajador norteamericano Date: Mon, 07 Apr 2003 14:19:00 -0000 MIME-Version: 1.0 Content-type: text/plain; charset=US-ASCII Content-Transfer-Encoding: quoted-printable X-SW-Source: 2003-q2/txt/msg00002.txt.bz2 Fasano le responde al embajador norteamericano De Hitler a Bush Del incendio del Reichstag del martes negro 11 de setiembre, pasando por la= demolici=F3n de la ONU y el Lebensraum petrolero, culminando con la formid= able blitzkrieg dirigida por la Luftwage m=E1s mort=EDfera de todos los tie= mpos para ocupar Irak. =BFHabr=E1 acaso tambi=E9n una nueva Canciller=EDa e= n ruinas? Separata del diario del Domingo 30 de Marzo de 2003 El se=F1or embajador de los Estados Unidos de Norteam=E9rica en Uruguay, Ma= rtin Silverstein, hace unos pocos d=EDas me envi=F3 un comunicado acusando = al diario La Rep=FAblica, publicaci=F3n que me honro en dirigir, de carecer= "de toda medida de integridad period=EDstica" por comparar a su presidente= , George Bush con el canciller del Tercer Reich alem=E1n, Adolfo Hitler. No pude contestarle antes porque el acto de pirater=EDa internacional que s= u pa=EDs cometi=F3 al atacar con la m=E1s formidable maquinaria de matar qu= e recuerde la historia universal, a un pueblo indefenso y casi desarmado, m= e oblig=F3 a destinar m=E1s tiempo que el rutinario en la preparaci=F3n de = las ediciones especiales sobre la matanza. Tambi=E9n me encontraba ocupado = en hacer condenar penalmente a torturadores uniformados que fueron entrenad= os en EEUU y que me estaban calumniando, tarea esta que llev=E9 a cabo con = =E9xito en estos d=EDas. Cuando el embajador me visit=F3 hace no mucho tiempo en mi despacho coment= =E9 con mis colaboradores que =E9l era el embajador de EEUU m=E1s inteligen= te, perspicaz y humorista que hab=EDa conocido. "Por fin -dije-, un represe= ntante del imperio con el que se puede discutir ideas fuera de los insulsos= y aburridos clich=E9s con que nos intoxican en las reuniones que nos toca = compartir". Pero, lamentablemente para el embajador, su sagacidad no le impidi=F3 la de= sdicha de tener que representar al presidente 43 de su naci=F3n, George Bus= h (hijo), un fan=E1tico paranoico, intoxicado de mesianismo, con menos luce= s que una babosa, borracho de poder como anta=F1o fue borracho de alcohol y= condenado legalmente por ello el 4 de setiembre de 1976 cuando conduc=EDa = ebrio y a toda velocidad su autom=F3vil, amonestado tambi=E9n por el famoso= predicador Graham que le dijo: "Quien eres t=FA, para creerte Dios", milit= ante de la Christian Right, la derecha cristiana tejana y sudista, un racis= ta enamorado de la pena de muerte, sobre todo contra los negros, en fin, el= peor presidente norteamericano de la =FAltima centuria, el que mayores tra= gedias desencadenar=E1 sobre su propio pueblo, la contracara del homo sapie= ns, la encarnaci=F3n del homo demens. Y adem=E1s mis=F3gino, como buen racista. Nadie puede olvidarse de las humi= llaciones p=FAblicas a las que somete a su esposa Laura Bush. No es f=E1cil= de olvidar el malestar de Laura cuando el presidente explic=F3 a la prensa= que su esposa no lo estaba acompa=F1ando ese d=EDa "porque ha llovido y el= la necesitaba barrer la entrada, porque ma=F1ana recibiremos al presidente = de China, Jiang Zemin, en nuestro rancho de Crawford (Texas)". Su compatriota, el anciano escritor Kurt Vonnegut no dud=F3 en calificarlo = del "m=E1s s=F3rdido y pat=E9tico golpista de opereta que es dable imaginar= ". Pero vayamos al coraz=F3n del incidente. Que se quede el embajador de EEUU = con su pat=E9tica desventura de tener que defender al m=E1s delirante de lo= s habitantes de la Casa Blanca y a m=ED con el honor de procesarlo con las = armas de la palabra. El tema es la comparaci=F3n entre Adolfo Hitler y George Bush. Obvio es que existen diferencias. La primera de ellas es que el criminal de= guerra, genocida del pueblo jud=EDo y del pueblo sovi=E9tico, gan=F3 por a= brumadora mayor=EDa los comicios alemanes, mientras que el criminal de guer= ra, genocida del pueblo iraqu=ED lleg=F3 al poder en forma fraudulenta, en = medio del mayor esc=E1ndalo electoral de la historia norteamericana. Desde el punto de vista te=F3rico la comparaci=F3n entre Bush y Hitler es c= orrecta. Los cientistas han definido al nazismo como la dictadura terrorist= a del capital financiero en expansi=F3n. Bush al ponerse al margen de la le= y e invadir a una Naci=F3n indefensa que no lo agredi=F3, para quedarse con= su riqueza petrolera, la segunda mayor del mundo, y anunciar que despu=E9s= le seguir=E1n otras Naciones petroleras, se acerc=F3 a la definici=F3n de = dictadura terrorista del capital financiero. Aunque no le guste aceptarlo. George Bush ya llevaba en sus genes la ra=EDz nazi. Su abuelo, Prescott Bush, era socio de Brown Brothers Harriman y uno de los= propietarios de la Uni=F3n Banking Corporation. Ambas empresas jugaron un = papel clave en la financiaci=F3n de Hitler en su camino hacia el poder alem= =E1n. El gobierno norteamericano orden=F3 el 20 de octubre de 1942 la confi= scaci=F3n de la Uni=F3n Ranking Corporation propiedad de Prescott Bush e in= caut=F3 adem=E1s la Corporaci=F3n de Comercio Holando-Estadounidense y la S= eamless Steel Corporation, ambas administradas por el banco Bush-Hamman. El= 17 de noviembre de ese mismo a=F1o, Franklin Delano Roosevelt confisc=F3, = por violaci=F3n a la ley de comercio con el enemigo, todos los bienes de la= Silesian American Corporation administrada por Prescott Bush. El bisabuelo= de nuestro George, el guerrero de Dios, Samuel Bush, padre del nazi Presco= tt Bush, fue la mano derecha del magnate del acero Clarence Dillon y del ba= nquero Fritz Thyssen, quien escribi=F3 el libro I Paid Hitler (Yo financi= =E9 a Hitler), afili=E1ndose en 1931 al partido nazi (Partido Obrero Nacion= al Socialista Alem=E1n). Y si el se=F1or embajador tiene alguna duda sobre la espuria alianza de los= Bush con Hitler le ruego leer el l=FAcido ensayo de V=EDctor Thorn. Dice T= horn: "Una parte importante de los cimientos financieros de la familia Bush= fue constituida por medio de su ayuda a Adolfo Hitler. El actual president= e de Estados Unidos, as=ED como su padre (ex director de la CIA, vicepresid= ente y presidente), llegaron a la cumbre de la jerarqu=EDa pol=EDtica norte= americana porque su abuelo y padre y su familia pol=EDtica ayudaron y alent= aron a los nazis". Todo esto sin contar las estafas y desfalcos de la famil= ia Bush por cuatro millones y medio de d=F3lares al Broward Federal Savings= en Sunrise, Florida, o la estafa a millones de ahorristas del Banco de Aho= rros Silverado (Denver, Colorado). Bisabuelo nazi, abuelo nazi, padre que no tuvo tiempo de ser nazi porque ya= Hitler se hab=EDa suicidado en los jardines de la Canciller=EDa en ruinas,= aunque se benefici=F3 de la fortuna mal habida de sus ancestros. Pero no condenemos a nuestro homo demens por sus genes siniestros. Juzgu=E9moslo s=F3lo por sus obras. Y comparemos. S=F3lo comparemos. =BFC=F3mo cree el se=F1or embajador, que el delirante cabo austr=EDaco alca= nz=F3 la suma del poder p=FAblico? Porque Hitler llega al poder en eleccion= es limpias pero se encuentra con la Constituci=F3n de Weimar que le impone = l=EDmites que su omnipotencia le impide aceptar. Planifica entonces el ince= ndio del Reichstag y en una sola noche es ungido el decisor de la guerra o = la paz. =BFNo le resultan conocidos esos hechos al se=F1or embajador? La criminal demolici=F3n de las Torres Gemelas trajeron los mismos lodos qu= e el incendio del Reichstag. Obviamente no voy a cometer la osad=EDa de afiliarme a la tesis de los que = acusan al grupo belicista bushiano de haber orquestado esa masacre o no hab= erla impedido cuando sab=EDan que se preparaba. No hay pruebas contundentes para tama=F1a afirmaci=F3n aunque s=ED, m=FAlti= ples indicios de negligencia culpable o vastas sospechas que son alimentada= s por una f=E9rrea censura, sin precedentes en la democracia norteamericana= moderna. Alg=FAn d=EDa, cuando el pueblo norteamericano recupere totalmente la liber= tad de informaci=F3n e investigaci=F3n sobre el martes negro del 11 de seti= embre, hoy acotadas por la ley patri=F3tica aprobada con el =FAnico voto en= contra de una mujer, s=EDmbolo de la dignidad nacional norteamericana, se = podr=E1 saber por qu=E9 desoyeron los numerosos indicios y huellas dejadas = por todo el pa=EDs anunciando el magnicidio. Se podr=E1 saber por qu=E9 dem= oraron 80 minutos en despegar los aviones militares para interceptar las ae= ronaves secuestradas cuando de inmediato se supo que los aviones comerciale= s que hab=EDan despegado de Boston hab=EDan sido secuestrados y se dirig=ED= an a Washington, cuando el manual prev=E9 la intervenci=F3n de la Fuerza A= =E9rea en caso de secuestros, en menos de 5 minutos. Se podr=E1 saber por qu=E9 se ocultaron los restos del presunto avi=F3n que= impact=F3 en el Pent=E1gono. Se podr=E1 saber por qu=E9 el director del se= rvicio secreto paquistan=ED inmediatamente despu=E9s de reunirse en Washing= ton con Tenet, el jefe de la CIA norteamericana, dispuso, y as=ED lo inform= a el diario conservador The Wall Street Journal, que Islamabad girara a EEU= U la suma de cien mil d=F3lares para Mohammed Atta, jefe del operativo suic= ida contra las Torres Gemelas de Nueva York. Sobre este dato aterrador est= =E1 prohibido investigar al suspenderse las libertades civiles en EEUU a pa= rtir de la Ley Patri=F3tica. Se podr=E1 saber, en fin, por qu=E9 15 de los 21 integrantes de los comando= s suicidas eran originarios de Arabia Saudita, el principal aliado de los E= EUU en el golfo P=E9rsico. No hab=EDa ni un s=F3lo iraqu=ED. Ni por casuali= dad.=20 Pero m=E1s all=E1 de las sospechas, no hay duda que el descontrolado presid= ente n=FAmero 43 de EEUU, ungido en elecciones fraudulentas, en medio de un= a impresionante recesi=F3n sin salida a la vista, con el m=E1s bajo nivel d= e popularidad inicial en un mandatario, pas=F3 a dominar todo el escenario,= a recibir poderes inconcebibles en una democracia, siendo coronado Emperad= or vindicator para lavar la afrenta que los b=E1rbaros infringieron a su pu= eblo. El incendio del Reichstag americano del 11 de setiembre brind=F3 la gran op= ortunidad de su vida a George Bush. La peor victoria electoral en EEUU de un presidente desde 1876 hasta nuestr= os d=EDas se transform=F3 en la mayor posibilidad hist=F3rica recibida por = belicista alguno para imponer al mundo el nuevo orden norteamericano. As=ED como Hitler lo primero que hizo fue rodearse de una pandilla de fasci= nerosos como =E9l, fanatizados por el poder de la fuerza, como Goering, Goe= bels, Himmler, Mengele, Eichman, el presidente texano busc=F3 la coraza pro= tectora de una guardia de hierro, por momentos m=E1s belicista que =E9l, qu= e le impiden la tentaci=F3n de la duda y que portan como =E9l una marca en = el orillo: todos son petroleros. El vicepresidente Dick Cheney estuvo en el= grupo Halliburton Oil, el jefe del Pent=E1gono, Donald Rumsfeld en la petr= olera Occidental, la Consejera de Seguridad Nacional, la solterona despiada= da Condoleeza Rice, que por una broma de la vida su nombre significa "con d= ulzura", integr=F3 el directorio de Chebron y tiene buques petroleros con s= u nombre. Tambi=E9n la secretaria del Interior, Gale Norton est=E1 vinculad= a al petr=F3leo como Bush padre tambi=E9n lo estuvo en el grupo petrolero C= arlyle y el actual presidente Bush hijo en la Harkins Oil. Este quinteto de la muerte que rodea al guerrero Bush, una verdadera mafioc= racia, al igual que el quinteto que se fusion=F3 con Hitler, se nutri=F3 de= una Biblia muy especial. En este caso la filosof=EDa de Hegel, Nietzsche, Schopenhauer, que le dio v= ida y pasi=F3n al creador del holocausto del siglo XX fue sustituida por es= pec=EDmenes menos cultos y de menor prosapia intelectual, pero m=E1s pragm= =E1ticos para el Hitler del siglo XXI. =BFCu=E1les son los autores de cabecera de esta pandilla belicista? El bostoniano Henry Cabot Lodge afirmando que "en el siglo XIX ning=FAn pue= blo igual=F3 nuestras conquistas, nuestra colonizaci=F3n y nuestra expansi= =F3n y ahora nada nos detendr=E1". Marse Henry Watterson declarando que EEU= U es "una gran rep=FAblica imperial destinada a ejercer una influencia dete= rminante en la humanidad y a modelar el futuro del mundo como no lo ha hech= o nunca ninguna otra naci=F3n, ni siquiera el imperio romano". O Charles Krauthammer quien hace muy poco, en 1999 escribi=F3 en The Washin= gton Post: "EEUU cabalga por el mundo como un coloso. Desde que Roma destru= y=F3 Cartago ninguna otra gran potencia ha alcanzado las cimas a las que he= mos llegado. EEUU ha ganado la guerra fr=EDa, se ha puesto a Polonia y a la= Rep=FAblica Checa en el bolsillo y despu=E9s ha pulverizado a Serbia y Afg= anist=E1n. Y de paso ha demostrado la inexistencia de Europa". O Roberto Kaplan se=F1alando que "la victoria de los EEUU en la segunda gue= rra mundial, al igual que la de Roma en la segunda guerra p=FAnica, la conv= irti=F3 en una potencia universal". O el conocido historiador Paul Kennedy explicando que "ni la Pax Brit=E1nic= a, ni la Francia napole=F3nica, ni la Espa=F1a de Felipe II, ni el Imperio = de Carlomagno, ni siquiera el Imperio romano pueden compararse al actual do= minio norteamericano. Nunca ha existido una tal disparidad de poder en el s= istema mundial". O el director del Instituto de Estudios Estrat=E9gicos Ol=EDn de la Univers= idad de Harvard, profesor Stephen Peter Rosen afirmando que "nuestro objeti= vo no es luchar contra un rival, porque =E9ste no existe, sino conservar nu= estra posici=F3n imperial y mantener el orden imperial". O el inefable Zbigniew Brzezinski declarando que "el objetivo de EEUU debe = ser el de mantener a nuestros vasallos en un estado de dependencia, garanti= zar la docilidad y la protecci=F3n de nuestros s=FAbditos y prevenir la uni= ficaci=F3n de los b=E1rbaros". O el Presidente Wilson declarando en pleno Congreso de la Uni=F3n que "le e= nse=F1ar=EDa a las rep=FAblicas sudamericanas a elegir buenos diputados". O el c=E9lebre Billy Sunday quien defin=EDa a un izquierdista latinoamerica= no como "un tipo con hocico de puerco esp=EDn y un aliento que har=EDa huir= a un zorrino", agregando que si =E9l pudiera "los amontonar=EDa a todos en= prisiones hasta que se les salieran los pies por las ventanas". Escuchemos ahora al actual vicepresidente de los EEUU Dick Cheney y al secr= etario de Defensa, Donald Rumsfeld, que junto con Dulzura Rice, forman el t= ri=E1ngulo belicista, m=E1s temible que el de las Bermudas. Dijo el vicepresidente Cheney ante esta guerra santa: "EEUU no tiene que en= rojecer por ser una gran potencia y tiene el deber de actuar con fuerza par= a construir un mundo a imagen de EEUU". Mientras que el jefe del Pent=E1gon= o fue m=E1s claro, por si no lo entendimos. Rumsfeld dixit citando la frase= preferida de Al Capone: "Se consigue m=E1s con una palabra amable y un rev= =F3lver que con s=F3lo una palabra amable". Este lenguaje que nutre la epidermis y las neuronas de Bush es un lenguaje = encr=E1tico, autoritario, intimidante que conduce inevitablemente a la perv= ersi=F3n moral del fin justificando los medios. La caracter=EDstica esencia= l del lenguaje de la banda Bush, similar al lenguaje nazi, es la simplifica= ci=F3n, el reduccionismo y la intimidaci=F3n. El lenguaje de este grupo dep= redador es un lenguaje esquem=E1tico, emocional, cargado de prejuicios que = incita a la exaltaci=F3n de los sentimientos m=E1s nobles del pueblo. No te= ngo dudas que Bush se nutre del lenguaje nazi. Bush no cree, como Hitler, en el Estado de Derecho que no es el Estado que = posee leyes sino el Estado que se somete, =E9l mismo, al imperio de la ley = y no puede transgredirla por ninguna causa, y menos a=FAn por la raz=F3n de= Estado. En nombre de la raz=F3n de Estado o de la Patria o de la seguridad= nacional se han cometido cr=EDmenes abominables. =BFQu=E9 diferencia entre el edificio intelectual de Bush y el de Hitler, e= xisten en el escenario de la raz=F3n de Estado? No creo que muchas. Salvo d= iferencias de estilos, =E9pocas y magnitud de fuerza y poder. El discurso de la banda Bush es el discurso del amo y del esclavo. No hay d= iferencias con el discurso de la pandilla hitleriana. Uno es m=E1s amable que el otro. Aunque la historia est=E1 probando que el = menos amable fue menos mort=EDfero. Civilizaci=F3n, barbarie, pacificaci=F3n de los b=E1rbaros, pueblo elegido = y de ah=ED a la raza elegida un solo paso. En fin =BFno nos hace acordar to= do esto al sic=F3pata del bigotito? Y hablando del bigotito, es aleccionador el relato que un influyente asesor= de seguridad que vive en Washington le cont=F3 a la revista argentina "Not= icias": "Para bien o para mal, George Bush Jr. es el hombre indicado para e= sta guerra. Naci=F3 para esto. La potencia que le viene de adentro lo hace = temblar. Cuando uno est=E1 hablando con =E9l en su despacho parece que se v= a a comer al que tiene enfrente. Se sienta en el borde del sill=F3n, casi s= in apoyarse y mueve los brazos como si no supiera qu=E9 hacer con ellos. Ne= cesita acci=F3n". Vaya imitaci=F3n de la gestualidad del dictador nazi. Aunque nunca es lo mi= smo la flema de un vaquero texano pistola al cinto que la de un teut=F3n cu= asi epil=E9ptico que se atraganta con su furia y escupe al hablar y gesticu= lar. El cuerpo de Bush no escupe al hablar. Su alma, s=ED escupe, odio y vi= olencia y genera terror. Mas no le importa. Debe haberse aprendido el "oder= int dum metuant" del emperador Cal=EDgula ("Dejen que nos odien, basta con = que nos tengan miedo"). La incontinencia emocional de Bush ya es un cl=E1sico y como el Adolfo, no = admite un NO. Su esposa Laura Bush record=F3 a la prensa que la primera vez= que le dijo a su esposo que no le gustaba uno de sus discursos, =E9ste, mu= y enojado, choc=F3 su auto contra el muro de entrada del garage de su casa. Se siente como el numen nazi, un enviado de Dios, a quien convoca en cuanta= oportunidad se presenta. Decret=F3 que todas las reuniones de su Gabinete = se inicien con una oraci=F3n religiosa. Y dice haber consultado a Dios para= atacar a Irak despreciando la posici=F3n de la mayor=EDa de las naciones d= el planeta y del 90% de los seres humanos. Trata de imitar al presidente Wi= lliam McKinley invadiendo Filipinas para evangelizar a los nativos y culpan= do a Dios que le dio la orden de entrar a patadas en ese pa=EDs. Otra coincidencia en estas vidas paralelas, que hubiera hecho la delicia de= Plutarco, es que Bush y Hitler se hubieran salvado de ingresar a la galer= =EDa de los grandes bufones de la historia, de haber tenido un sicoanalista= a mano. A ambos un buen sicoanalista les habr=EDa ayudado a canalizar su l= ibido hacia menesteres m=E1s normales, sublimando el =FAnico afrodis=EDaco = que tanto Hitler como Bush conocen, que es el poder omn=EDmodo y cruel sobr= e los dem=E1s. Sigamos viendo las similitudes entre el guerrero de la raza aria y el guerr= ero de Dios como bien calificara Telma Luzzani, al exaltado texano. Bush proclama urbi et orbe la guerra preventiva. Dwight Eisenhower en 1953 = no dud=F3 al respecto: "La guerra preventiva es un invento de Adolfo Hitler= , francamente yo no me tomar=EDa en serio a nadie que me viniera a proponer= una cosa semejante". Pero =BFguerra preventiva contra qui=E9n? Bien es sabido que la primera v= =EDctima de una guerra es la verdad. Y Bush lo primero que hace para fabric= ar su guerra preventiva, tras el incendio del Reichstag, es mentir a lo Goe= bels a un grado tan primitivo que nadie termin=F3 crey=E9ndole algo. Primer= o dijo que Irak apoyaba a Al Qaeda. Cuando se comprob=F3 el odio irreconcil= iable entre Saddam Hussein y el ex empleado de EEUU, Osama Bin Laden, Bush = apel=F3 a incluir a Irak en la corriente fundamentalista musulmana. Dif=EDc= il de creer en el pa=EDs m=E1s laico del mundo =E1rabe. Apelaron entonces a= la existencia de armas de destrucci=F3n masiva. Afirmaron que Irak no iba = a permitir las inspecciones y cuando las permiti=F3, aseveraron que no iba = a dejar entrar a la ONU en los Palacios y otros lugares preservados. Cuando= tambi=E9n se revel=F3 que tal negativa era falsa, dijeron que las armas es= taban bien ocultas. Finalmente no encontraron ni una sola. Cuando todos los= argumentos fueron sepultados pidieron la renuncia o el exilio de Saddam Hu= ssein y admitieron la =FAnica verdad real: queremos ocupar el territorio ir= aqu=ED pese a quien pese y decidir qui=E9n lo va a gobernar. Democracia pla= netaria que le dicen. La misma operaci=F3n de desinformaci=F3n que Hitler l= anz=F3 contra Checoeslovaquia, Austria y Polonia. Las mismas excusas que ib= an cambiando a medida que se derrumbaban. Otra similitud es el desprecio por la comunidad internacional y por la opin= i=F3n p=FAblica mundial. Hitler destruy=F3 la Sociedad de Naciones creada e= n 1919. Bush hizo trizas las Naciones Unidas, concitando en su contra la ma= yor oposici=F3n a un pa=EDs desde la fundaci=F3n de la ONU: 170 pa=EDses no= apoyan la guerra contra s=F3lo 30, la mayor=EDa de =E9stos sin peso alguno= y procedentes de la desarticulada Uni=F3n Sovi=E9tica, que se venden al me= jor postor. A Bush, como a Hitler, no lo par=F3 ni la mayor derrota diplom= =E1tica de los EEUU desde que se fund=F3 la ONU. A Hitler jam=E1s le import= =F3 el odio y el rechazo de los pueblos del mundo entero. Bush intenta supe= rar al teut=F3n. Las manifestaciones en su contra sin precedentes en el pla= neta, son m=FAsica guerrera para sus o=EDdos wagnerianos. Lo enfrenta el es= p=EDritu de Seattle que fund=F3 en 1999 el movimiento antiglobalizador y pa= cifista m=E1s imponente de la historia universal. Nada lo detiene. Indignaba ver el destrato de que hac=EDa objeto al jefe de inspectores de l= a ONU, Hans Blix, con sus 75 a=F1os a cuestas, nacido en la maravillosa y h= elada Uppsala de la Suecia socialdem=F3crata, un digno seguidor de las trad= iciones democr=E1ticas del m=E1rtir, Olof Palme. El desprecio hacia la gente y sus derechos es el motor de su humanismo. Esc= uchemos al mariscal Goering en el juicio de Nuremberg: "Naturalmente la gen= te com=FAn no quiere la guerra, pero despu=E9s de todo, son los dirigentes = de un pa=EDs los que determinan la pol=EDtica y siempre es un asunto sencil= lo el arrastrar al pueblo. Ya sea que tenga voz o no, al pueblo siempre se = le puede llevar a que haga lo que quieren sus gobernantes. Es f=E1cil. Todo= lo que uno debe hacer es decirles que est=E1n siendo atacados y denunciar = a los pacifistas por su falta de patriotismo y porque exponen el pa=EDs al = peligro". Fue el nazi Goering el que lo dijo en 1945, no fue George Bush. L= a diferencia entre Goering y Bush es que el nazi lo dijo en alem=E1n y Bush= lo dijo en ingl=E9s. La invasi=F3n de una naci=F3n soberana que no lo agre= di=F3 necesitaba una legitimaci=F3n =E9tica aunque il=EDcita: derrocar al t= irano Hussein e imponer a sangre y fuego un gobierno democr=E1tico y popula= r. Suena lindo, aunque la comunidad internacional y sus normas sea el preci= o que haya que pagar. Pero no es cierto. Nadie duda que Saddam Hussein es u= n dictador siniestro que ha asesinado a su pueblo y que su partido socialis= ta Baath, de socialista no tiene nada. Pero qui=E9n puede creerle a Bush qu= e va a instaurar la democracia iraqu=ED cuando sus predecesores menos nazis= que =E9l, invadieron y ocuparon durante a=F1os y a=F1os naciones soberanas= e instalaron dictaduras feroces que defendieron contra sus propios pueblos= como Somoza en Nicaragua, Duvalier en Hait=ED, Trujillo en Rep=FAblica Dom= inicana. Tanto como los reg=EDmenes t=EDteres y desp=F3ticos que impusieron= los nazis en los pa=EDses que ocuparon, incluida la Francia antigaullista = del mariscal Petain. As=ED como Hitler invadi=F3 Europa en busca de su Lebensraum, de su expansi= =F3n territorial y de las urgentes materias primas que necesitaba para el d= esarrollo alem=E1n y la construcci=F3n del nuevo imperio germano que vengar= a la afrenta del Tratado de Versalles, Bush va en busca tambi=E9n de su pro= pio Lebensraum. Un Lebensraum que en el mundo globalizado de hoy no se mide= m=E1s por kil=F3metros de territorios f=EDsicamente ocupados sino por el d= ominio econ=F3mico y pol=EDtico que se ejerce sobre ellos dirigido a distan= cia desde los centros financieros internacionales. Los objetivos del nuevo Hitler son m=FAltiples. En primer lugar apoderarse = del tanque de gasolina del capitalismo mundial que no otra cosa es el Golfo= P=E9rsico. Bush sabe que en 10 a=F1os el petr=F3leo que produce su pa=EDs,= locomotora productiva del mundo, se agotar=E1 irremediablemente. En 40 a= =F1os no existir=E1 m=E1s petr=F3leo en el planeta. Es una carrera contra r= eloj. Seg=FAn Statistical Review disminuye en forma alarmante el descubrimi= ento de reservas energ=E9ticas. La =FAltima d=E9cada creci=F3 s=F3lo un 5% = contra el 45% de la d=E9cada anterior. El 65% de las reservas est=E1n ubica= das en Medio Oriente. EEUU consume 20 millones de barriles por d=EDa de los= 77 millones que se producen a diario en el mundo, de los cuales s=F3lo 10 = millones es producido por los propios norteamericanos, que dependen de los = dem=E1s para seguir siendo una potencia imperial. El objetivo del ataque a = Irak, segunda reserva mundial de petr=F3leo, es controlar esos dep=F3sitos,= controlar su precio y controlar su producci=F3n. Qu=E9 armas ocultas ni qu= =E9 otra cosa. Como dice Galeano, si Irak produjera rabanitos en lugar de p= etr=F3leo, =BFa qui=E9n se le ocurrir=EDa invadir ese pa=EDs? Para Bush el petr=F3leo est=E1 servido. Falta s=F3lo tomarlo. No sabe aun q= ue puede atragantarse. La segunda jugada de Bush es disciplinar a su aliado, Arabia Saudita, prime= r productor mundial de petr=F3leo y m=E1xima reserva energ=E9tica del mundo= , cuyos precios no le sirven a EEUU. El tercer objetivo como revel=F3 en fe= brero de este a=F1o el subsecretario de Estado, John Bolton, es invadir a I= r=E1n y a Siria, que forman junto con Corea del Norte el "eje del mal", y s= i la coyuntura es favorable, incluir a Libia en el santa santorum. El cuart= o paso es destruir la OPEP y apoderarse de los combustibles f=F3siles del m= undo. Si no expropia los f=F3siles y no encuentra a tiempo alternativas ene= rg=E9ticas, el capitalismo norteamericano deber=E1 modificar el modelo de c= onsumo de su pueblo y con ello puede perder el punto de apoyo de su hegemon= =EDa mundial. El quinto objetivo son los suculentos negocios de la reconstr= ucci=F3n de Irak sobre el que se lanzaran muchas de las 500 transnacionales= que dominan el mundo, la mayor=EDa norteamericanas. No menos importante es= el sexto objetivo, que se nutre en las ense=F1anzas de lord Keynes, utiliz= ando la industria b=E9lica para superar la honda recesi=F3n en que est=E1 h= undida la econom=EDa norteamericana, con crecimiento cero. No olvidemos que= una guerra se gana no cuando se impone la supremac=EDa militar sobre el ad= versario sino cuando se obtienen los r=E9ditos econ=F3micos que son la raz= =F3n =FAltima de su desencadenamiento. No podemos dejar de mencionar un =FAltimo objetivo y quiz=E1s el m=E1s impo= rtante de esta guerra: imponer la supremac=EDa del d=F3lar frente al euro q= ue en los =FAltimos tiempos le est=E1 dando una paliza al d=F3lar en frente= s inesperados, poniendo en peligro el privilegio del peso norteamericano en= la comercializaci=F3n del crudo. El d=F3lar se depreci=F3 en los =FAltimos= meses con relaci=F3n al euro, un 17%, cifras inimaginables desde la creaci= =F3n de la moneda =FAnica europea. Incide en esta depreciaci=F3n la decisi= =F3n iraqu=ED de pasar 10 billones de d=F3lares de sus reservas a la moneda= com=FAn europea, provocando un sismo en el d=F3lar. Esta es otra de las ra= zones del ataque a Irak, intentando que un gobierno t=EDtere haga retornar = los 10 billones de d=F3lares iraqu=EDes al =E1rea del d=F3lar. Tambi=E9n Ru= sia est=E1 operando el petr=F3leo en euros y adem=E1s Ir=E1n y varios pa=ED= ses de la OPEP est=E1n analizando si tambi=E9n abandonan el d=F3lar y se pa= san al euro. Los economistas estiman que si esto ocurre se producir=E1 una = depreciaci=F3n inusitada del d=F3lar, desplom=E1ndose el valor de los activ= os norteamericanos, acercando al gigante con pies de barro a un colapso eco= n=F3mico como en la d=E9cada de los 30. La invasi=F3n tiene su antecedente m=E1s raigal en la necesidad de un nuevo= reparto del mundo al fracasar los acuerdos de la tr=EDada (EEUU, Europa y = Jap=F3n) en 1998 en la reuni=F3n de la OCDE en Par=EDs y en 1999 en la reun= i=F3n de la OMC en Washington. No hubo acuerdo en el reparto del mercado mu= ndial asediado por la disminuci=F3n del porcentaje del Producto Mundial Bru= to que lleg=F3 hasta el 50% concentrado en las manos de la tr=EDada y sus t= ransnacionales al finalizar el siglo. El fracaso del neoliberalismo en segu= ir manteniendo la m=E1xima tasa de explotaci=F3n de las naciones dependient= es, la fatiga y la decadencia de la hegemon=EDa unipolar y la posibilidad n= o muy lejana de una crisis mundial que transforme a la arrogante dominaci= =F3n de hoy en una hegemon=EDa en harapos, se encuentra en las ra=EDces de = este acto de pirater=EDa internacional. Europa no acept=F3 los t=E9rminos del reparto y embisti=F3 con su euro. EEU= U replic=F3 con la raz=F3n de las bestias y si logra el control de los lago= s negros tendr=E1 crudo barato y abundante mientras sus aliados lo recibir= =E1n caro y en cuentagotas haciendo sufrir a sus econom=EDas. Ese es el plan guerrero. La misma raz=F3n de dominio econ=F3mico que lanz= =F3 a Hitler en los brazos de Marte, al grito de "ocupar, administrar, expl= otar". De ah=ED a que Bush pueda cumplirlo hay un gran trecho. Sobre todo t= eniendo en cuenta que esta guerra por primera vez la afrontar=E1 econ=F3mic= amente solo. La anterior invasi=F3n a Irak, legitimada por la comunidad int= ernacional, la pagaron todas las naciones. Esta invasi=F3n il=EDcita, crime= n de lesa humanidad contra el mundo civilizado, la pagar=E1 s=F3lo EEUU y u= n peque=F1o porcentaje, la Inglaterra del renegado Blair. Y es mucho dinero= . Suficiente como para desestabilizar a=FAn m=E1s al due=F1o de la maquinit= a de fabricar d=F3lares, instalada en el Departamento del Tesoro de la naci= =F3n m=E1s endeudada del planeta: los EEUU de Norteam=E9rica. Trazados los objetivos reales, Bush y su banda de halcones patentaron la es= trategia militar nazi: la famosa "Blitzkrieg" con que los nazis asolaron Eu= ropa, en la modalidad de guerra rel=E1mpago con ataques combinados de divis= iones enteras de tanques Panzers apoyados por oleadas de aviones y piezas d= e artiller=EDa. Los tiempos cambiaron y la blitzkrieg nazi se transform=F3 = en hiperblitzkrieg norteamericana, pero la modalidad inventada por los mari= scales de Hitler es la misma que aplica Bush, aunque con una potencia de fu= ego mil veces superior. Otra similitud es la desproporci=F3n de fuerzas. La invasi=F3n nazi a Checo= eslovaquia o a Polonia donde la caballer=EDa polaca se enfrentaba a los tan= ques alemanes y era diezmada previamente por la aviaci=F3n, no es nada comp= arado con el poder de fuego infernal de la m=E1s poderosa trituradora tecno= l=F3gica de la historia. Es como si los polacos se defendieran con hondas f= rente a la Luftwage de Goering. En la primera invasi=F3n a Irak, los iraqu= =EDes tuvieron 120 mil bajas contra s=F3lo 137 norteamericanos muertos y 7 = desaparecidos. Salvo la Guardia Republicana de Saddam, el resto del ej=E9rc= ito iraqu=ED son fam=E9licos campesinos sin entrenamiento, ni tecnolog=EDa,= ni armamento adecuado, el que se enfrentar=E1 a m=E1s de 300 mil soldados = entrenados a=F1o tras a=F1o para matar sin dudar. =BFQu=E9 puede hacer un pa=EDs que tiene un presupuesto militar de 1.400 mi= llones de d=F3lares contra otro que destina 400.000 millones de d=F3lares a= nuales en sus Fuerzas Armadas? Y por si fuera poco Bush acaba de pedir otro= s 75.000 millones de d=F3lares para la propina de esta masacre. Promete a c= ambio que el bot=EDn de guerra compensar=E1 con creces la inversi=F3n. Antes de comenzar la matanza el ej=E9rcito iraqu=ED fue desangrado como se = hace con los toros de lidia por los piqueteros apenas entran en la arena, p= ara que el matador corra menos riesgos. Una d=E9cada de sanciones econ=F3mi= cas, de embargos, carente de repuestos, sin aviones, con escasos tanques, c= on pocas bater=EDas antia=E9reas y s=F3lo equipado con los viejos fusiles d= e asalto AK 47, ha puesto de rodillas al toro iraqu=ED. El torero s=F3lo ti= ene que hundir su espada hasta el fondo y esperar la agon=EDa. Las =FAltimas noticias del frente, sin embargo, revelan que desangrado y to= do, el toro est=E1 dispuesto a vender cara su vida. El vagabundo vien=E9s devenido en profeta de la raza aria, Adolfo Hitler, e= mbisti=F3 sin respetar los grandes tesoros de la humanidad, destruyendo ciu= dades prodigiosas, culturas irrecuperables y fant=E1sticos monumentos cread= os por el hombre a lo largo de los siglos. Imitando al protegido de su familia, George Bush entra a sangre y fuego en = la cuna de la humanidad, en el Mesos Potamos que as=ED se llamaba Irak hace= 8 mil a=F1os, "tierra entre r=EDos", donde se fund=F3 el primer estado, la= primera civilizaci=F3n agraria y se invent=F3 la escritura cuneiforme. En = la tierra de la legendaria biblioteca de N=EDnive, la de la Torre de Babel,= la de los jardines colgantes de Babilonia, entre el Eufrates y el Tigris, = Bush se lanza inmisericorde en la primera guerra preventiva del siglo XXI. Deber=E1 responder tambi=E9n por los tesoros culturales que arrase. Su homo= demens tendr=E1 que rendir cuentas al homo sapiens. Como Hitler la tuvo qu= e rendir ante la historia y sus secuaces ante Nuremberg. El se=F1or embajador de los EEUU en Uruguay, dice en su comunicado contra e= l diario LA REPUBLICA, que est=E1 consternado por la comparaci=F3n de su pr= esidente con Hitler, explicando que lo que est=E1 haciendo Bush en Irak es = lo mismo que hizo EEUU al liberar a Europa del nazismo. Creo que es un insu= lto a la inteligencia comparar al brillante creador del New Deal, Franklin = Delano Roosevelt, con este energ=FAmeno del poder que en nombre de las idea= s mata las ideas, pero con los hombres adentro.=20 Roosevelt ingres=F3 a la guerra con la legitimidad que le daban todos los p= ueblos que se enfrentaron a la barbarie nazi, el primero de ellos el pueblo= sovi=E9tico que ofrend=F3 en el altar del Moloch germano, 30 millones de s= us mejores hombres, mujeres y ni=F1os, que dieron su vida para cambiar el c= urso de la guerra, hasta ese momento victoriosa para el Tercer Reich. Bush hace lo mismo que Hitler no lo mismo que Roosevelt. Bush viola todas l= as leyes internacionales, se enfrenta a las Naciones Unidas e invade al igu= al que Hitler a una naci=F3n cuasidesarmada que no lo agredi=F3 en momento = alguno. Conviene precisar adem=E1s ante la afirmaci=F3n de que EEUU liber=F3 Europa= y m=E1s all=E1 de la heroica entrega de vidas de los soldados norteamerica= nos en guerra con el F=FChrer alem=E1n, que el ingreso a la conflagraci=F3n= fue muy tard=EDo, casi al final del conflicto cuando ya Alemania estaba de= sgastada por la resistencia sovi=E9tica que enfrent=F3 sola al 95% del pote= ncial b=E9lico nazi concentrado en el frente oriental. EEUU fue el =FAnico = beneficiado con la segunda guerra mundial. Durante y despu=E9s del conflict= o. Durante, como bien explica Heinz Dieterich en LA REPUBLICA, porque desar= roll=F3 lejos de los campos de batalla su industria y agricultura aumentand= o los salarios reales de 1941 a 1945 en un 27% generando 17 millones de nue= vos puestos de trabajo y ofreciendo en 1944 m=E1s productos y servicios a s= u poblaci=F3n que antes de la guerra. Y despu=E9s de la guerra cobr=F3 diez por uno su participaci=F3n, y en Yalt= a se erigi=F3 como la potencia m=E1s fuerte del planeta, desplazando a Ingl= aterra, aunque temiendo a la Uni=F3n Sovi=E9tica, su nuevo contrapeso hist= =F3rico. Y as=ED como decimos que es un insulto comparar a Bush con Roosevelt convie= ne precisar que tampoco confundimos a los padres fundadores de la democraci= a norteamericana, esos h=E9roes de la libertad, a George Washington, a Abra= ham Lincoln, a Thomas Jefferson, con este pedagogo del crimen, pat=E1n de l= a muerte, que al hablar por televisi=F3n no puede ocultar el gesto taimado = de los cobardes. Charles De Gaulle, ese valiente rebelde de la Francia anti= nazi, le preguntaba al gran fil=F3sofo Jean Guitton. =BFQu=E9 es la cobard= =EDa maestro? Y ese nido de sabidur=EDa le contestaba: "La cobard=EDa, gene= ral, es buscar la aprobaci=F3n y no la verdad; las condecoraciones y no el = honor, el ascenso y no el servicio; el poder y no la salud de la humanidad"= . =C1Qu=E9 bien se le aplica esta respuesta a nuestro nuevo Hitler que dice= defender los derechos humanos de los iraqu=EDes mientras se especializa en= convertirlos en desechos humanos! Qu=E9 nos puede extra=F1ar esta conducta en un gobernante que se resiste a = salvar al planeta de la devastaci=F3n neg=E1ndose a firmar los protocolos d= e Kyoto aprobados un=E1nimemente por la comunidad internacional. Un goberna= nte que rechaz=F3 el control de armas bactereol=F3gicas porque estim=F3 que= el acuerdo para evitar la proliferaci=F3n de estos arsenales era perjudici= al para su pa=EDs. Un gobernante que exige a las naciones independientes qu= e firmen un documento en el cual renuncian a su derecho a juzgar a ciudadan= os norteamericanos por delitos cometidos en el extranjero. Un gobernante qu= e se niega a firmar y a participar en la Corte Penal Internacional creada r= ecientemente por la comunidad mundial para juzgar los cr=EDmenes de lesa hu= manidad. En este rechazo a una instituci=F3n aprobada por m=E1s de 190 pa= =EDses y s=F3lo 7 en contra coincidi=F3 su voto con el del invadido Irak qu= ien tampoco quiere que exista en el mundo una Corte Penal integrada por 18 = juristas independientes para impedir legalmente que se sigan cometiendo los= cr=EDmenes de guerra que tanto los gobiernos de EEUU y de Irak han cometid= o.=20 Qu=E9 se puede esperar de un gobernante que en su propio pa=EDs, cuna de tr= adiciones democr=E1ticas, ha suspendido los derechos civiles, ha instaurado= la censura, las listas negras, la eliminaci=F3n del habeas corpus, derecho= por el que dieron la vida tantas generaciones, imponiendo los juicios clan= destinos, las c=E1rceles secretas y el delito de opini=F3n, aproximando a s= u sociedad a la noche negra del macartismo m=E1s anacr=F3nico. Pese a todo logra hoy una importante mayor=EDa silenciosa en su propio pa= =EDs a favor del horror de la guerra, en medio de un gigantesco apag=F3n in= telectual en la sociedad norteamericana, empujada por la desinformaci=F3n, = la deformaci=F3n de la realidad como sistema, el leg=EDtimo dolor del ataqu= e criminal contra las Torres Gemelas que seg=F3 la vida de 4 mil seres huma= nos, y por un nacionalismo atizado por el tartufo de la Casa Blanca. El nac= ionalismo y el falso patriotismo es otro de los eslabones que unen a Bush y= a Hitler. Ese tipo de nacionalismo es el =FAltimo refugio de los canallas = y se apoya en la cultura de los incultos. Albert Einstein lo describ=EDa bien: "El nacionalismo es una enfermedad inf= antil, el sarampi=F3n de la humanidad". Pero ya comienza a crecer, desde el pie, desde la ra=EDz, un movimiento pop= ular, en las mejores tradiciones civilistas del pueblo norteamericano, para= expresarse en las grandes ciudades, para parar con la energ=EDa moral que = da la raz=F3n, a este asesino serial que est=E1 construyendo la mayor iniqu= idad b=E9lica de las =FAltimas d=E9cadas. Y el pueblo norteamericano, aunque lentamente, comienza a comprender que "l= a libertad no puede ser fecunda para los pueblos que tienen la frente manch= ada de sangre". =BFQui=E9n se anima a parar a este sic=F3pata? Es la pregunta que circula p= or todo el planeta. Las Naciones Unidas no pudieron. La OTAN tampoco. Sus aliados europeos fuer= on desairados y humillados. Pero, desde el fondo mismo de la historia comienza a incubarse el ant=EDdot= o. Todos los imperios y sus profetas se han ido deslizando de victoria en v= ictoria hacia su derrumbe final. Y este imperio y su emperador, al que poco= le importa ganarse la mente y los corazones de los pueblos del mundo, que = es sordo o finge demencia ante la inmensa rebeli=F3n del sentido com=FAn, a= nte ese gran aullido de las sociedades surgido del vientre exasperado de la= s multitudes que se han lanzado a las calles en todo el mundo clamando por = la paz y el cese de la matanza, no tendr=E1 finalmente m=E1s remedio que en= tender que en esta cruzada, al vencedor s=F3lo le pertenecer=E1n los despoj= os. Los hombres como Bush creen que los cr=EDmenes se entierran. Est=E1 equivoc= ado. Los sobreviven. La gente est=E1 harta de violencia. Harta de las vendettas miserables de un= os contra otros. Y quiere poner fin al tiempo de los asesinos. Y si la llev= an a callejones sin salida, reaccionar=E1.=20 El discurso siniestro del amo y del esclavo termina casi siempre con la fer= ocidad del esclavo que ya nada tiene que perder. Espartaco dixit. La protesta no cede en todos los rincones del planeta. No ha habido un impe= rio tan hu=E9rfano de apoyo como el que encarna hoy este morfin=F3mano del = poder. Y este inmenso movimiento mundial contra Bush s=F3lo comparable al movimien= to mundial contra Hitler, tiene a su favor el cl=E1sico estrabismo de los m= esi=E1nicos, que les impide ver la realidad. El estrabismo es una disposici= =F3n viciosa de los ojos por el cual los dos ejes visuales no se dirigen a = la vez al mismo sujeto. Ven la realidad deformada. El murmullo de millones puede transformarse en el brazo que pare esta locur= a. No hay que tenerle miedo a estos gigantes que ignoran las leyes de la histo= ria. Aplican la astucia m=E1s que la inteligencia. Ello los remite al mundo= dinos=E1urico. Esos gigantescos animales que desarrollaron cuerpos enormes= y una cabeza diminuta. Cuando vino la hecatombe sus peque=F1as cabezas no = pudieron inventar la mutaci=F3n. S=ED lo hicieron los mosquitos. Hay un refr=E1n alem=E1n que refiri=E9ndose a Hitler dec=EDa que "cuando ve= as a un gigante, examina antes la posici=F3n del sol, no vaya a ser la somb= ra de un enano". No sabemos a=FAn cu=E1nto de gigante y cu=E1nto de enano t= iene nuestro nuevo Hitler. Recuerden a Gandhi, ese incendio moral que alert=F3 a las conciencias. S=F3= lo con su voz y su conducta por la no violencia puso de rodillas al mayor i= mperio de su =E9poca. Gandhi dec=EDa que lo m=E1s atroz de las cosas malas de la gente mala es el= silencio de la gente buena. Ese silencio hoy no existe. Todos los pueblos, de los pa=EDses ricos y de los pa=EDses pobres, gobernad= os por la derecha o por la izquierda, todos, todos, con excepci=F3n del que= habita en el pa=EDs agresor, que comienza ya a desperezarse, han tomado co= nciencia de que por primera vez en el siglo XXI la guerra como una cruzada = irracional puede cambiar la humanidad. Sabe que una guerra injusta es una c= at=E1strofe que paraliza el encuentro del hombre con la humanidad. Y une su= s manos planetarias para decirle al sicario de la Casa Blanca, que hay una = vida y una raza menos s=F3rdida que la suya. Y que vale la pena ponernos de= pie para defenderla. Esa es mi respuesta, se=F1or embajador. Dr. Federico Fasano Mertens Director del Diario LA REPUBLICA, 1410 AM Libre y TV Libre